miércoles, 30 de abril de 2014

¿Quién mató a Hugo Quintana Bardelli?



Segunda entrega
En la primera entrega sobre el crimen de Hugo Quintana Bardelli se aprecia dos aspectos fundamentales: Las acciones de inteligencia de la Dirandro realizadas en el 2012 a un grupo criminales extranjeros que operaba con total impunidad en Lima dedicados en el trasiego de cocaína y la presunta relación del crimen con la desarticulación de una red de policías que operaba en el aeropuerto internacional Jorge Chávez del Callao.
Según los actuados recogidos de la fiscalía antidrogas del Callao, se aprecia como consecuencia de los hechos suscitados el 25 de junio del 2012 en el aeropuerto internacional de ciudad de México donde murieron tres agentes federales; en Lima se aperturó una investigación y posterior denuncia fiscal contra un grupo de efectivos de la Dirección Antidrogas por su presunta participación en el trasiego de cocaína en el vuelo 019 de Aeroméxico procedente de Lima que arribó al DF.
De igual forma, la detención el 8 de abril del 2014 en el AIJCH del ciudadano mexicano Sergio Gilberto Muñoz Reyes al intentar trasladar 13 kilos de clorhidrato de cocaína y la posterior detención de tres policías del departamento de requisitorias destacados en el aeropuerto internacional Jorge Chávez.
Contacto en Lima
La muerte de los agentes federales en el AICM motivó que un ciudadano español que había sido trasladado desde Madrid a Lima, desistiera en el contrabando de un alijo de cocaína. Situación que lo motivó acogerse a un proedimiento especial y otorgarle la condición de testigo protegido bajo el seudonimo “Chavo” a cambio de información.
Con los datos proporcionados por el informante se iniciaron las acciones de inteligencia operativa para identificar a los integrantes de la organización. En las acciones iniciales se pudo identificar a “Capucha” un ciudadano boliviano que coordinaba con la “Mula humana”.
De esta forma aparece Hugo Quintana coordinando con diferentes extranjeros en el balneario de Asia, al sur de la ciudad de Lima. Según los actuados policiales remitidos a la fiscalía, se aprecia la presencia de algunos representantes de la mafia china que opera en Lima y tendrían conexiones en España y China.
El investigado -en ese entonces- “Mono chato” se desplazaba en setiembre del 2012 en el vehículo BMW color negro de placa de rodaje A2B-547 que adquirió con su pareja Laura Cambriani en febrero del 2012 y luego lo vendió a Renzo Lara Bravo en el febrero del 2014.
En las escuchas legales e información brindada por el testigo protegido "Chavo" se aprecia que Jael Céspedes y Eduardo Sandoval señalan “iban a mandar al colaborador a la ciudad de Madrid en setiembre del 2012, para lo cual habían comprado su pasaje por la línea Air-Europa donde debía trasladar siete kilos de clorhidrato de cocaína aproximadamente”. 
Los narcos habían coordinado para entregarle la droga en la sala de embarque del 2do piso del aeropuerto Jorge Chávez; una vez que haya pasado los controles, la droga iba a ser acondicionada en su maletín de mano que llevaría la “Mula humana” y cuando llegue a Barajas, la recogería otra persona en la manga de la salida del avión.
Ante esta situación, los efectivos policiales organizaron el operativo para capturar a los narcotraficantes. El mismo día de la operación se le escuchó a “Capucha” señaló a sus cómplices que las personas que le iban a entregar el encargo no estaban completas, por lo que "Chavo" viajó a España sin la sustancia ilícita.
Los efectivos policiales sospecharon de una posible infidencia y luego procedieron a informar al fiscal, situación que motivó la resolución “el procedimiento especial había concluido para el testigo protegido "Chavo" porque no se había concretado la operación”.
De esta forma, las investigaciones contra la organización de extranjeros que opera en el Perú con ramificaciones en México y España habían quedado en los archivos policiales y de la fiscalía especializada. También se conoce que el grupo especial de inteligencia que realizó las diligencias fue desactivado en enero del 2013.
Pronto la tercera entrega…


martes, 29 de abril de 2014

¿Quién mató a Hugo Quintana Bardelli?

Primera entrega

El horrendo crimen perpetrado por gatilleros a sueldo el 23 de abril; sucumbió la capital, hecho de similares proporciones solo de podía apreciar en países tan violentos como Guatemala y México.
La muerte de Hugo Quintana Bardelli constituye un ápice de lo que realmente está sucediendo en el Perú, las organizaciones de narcotraficantes se están disputado la plaza del principal terminal aéreo ubicado en el Callao.
Dos indicios llamaron la atención: los casquillos y el tipo de vehículo que utilizaron los gatilleros para cerrar al auto deportivos Lamboghini.
En México los gatilleros disparan a mansalva contra el parabrisas para asegurar la muerte del conductor, utilizan fusiles AR-15 que en el Perú no se usan.
Segundo punto, un vehículo BWM tampoco es usual, por lo general se desplazan en motocicletas preparadas que les permita la rápida huida.
De acuerdo a la resolución emitida por la fiscalía especializada, se aprecia que Hugo Quintana alias "Messi" fue investigado al haber sido denunciado por un testigo protegido.
Los antecedentes se remontan al 25 de junio del 2012; en un hecho peculiar, la muerte de tres agentes federales en el aeropuerto internacional de ciudad de México (AICM) que se habrían agarrado a balazos con otros presuntos Federales corruptos, lo cual desencadeno el hecho sangriento.
Según el testimonio recogido por la revista Proceso que contactó a dos de los tres Policías Federales acusados del homicidio de tres de sus compañeros en el AICM y de pertenecer a una organización de narcotraficantes, cuyo testimonio fue publicado el 11 de junio del 2012.
Daniel Cruz García y Zeferino Morales Franco, el enfrentamiento “se originó por presiones y amenazas entre distintos grupos policiacos que se disputan el control del tráfico de drogas en ese lugar (aeropuerto)”. Asimismo acusan al jefe de la División Regional de la PF, Luis Cárdenas Palomino, “de proteger las actividades de narcotráfico en la terminal aérea y aseguran que sus principales contactos son José Antonio Dighero Medina, comandante en jefe de la PF en el AICM, así como los tres oficiales muertos en la balacera: Enrique de Jesús Pacheco Valdez; Josué Adán Matadamas, jefe de turno del área de vialidad de la terminal aérea, y Fidel Rojas Martínez”.
Daniel Cruz García, Zeferino Morales Franco se encuentra en la clandestinidad; al igual que Bogard Felipe Lugo León, el tercer ex agente federal que no quiso participó de la entrevista.
Luego de la entrevista las autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública de México señalaron que las afirmaciones son falsas y que los imputados habrían movido las cámaras para evitar ser grabados.
Según la SSP coloca a Cruz García, Morales Franco y Lugo de León como piezas clave en el tráfico de drogas dentro del AICM y con amplias conexiones en Perú; los entrevistados niegan las imputaciones.
Cárdenas Palomino, señalo en conferencia de prensa del 28 de junio que, los agentes prófugos –por quienes se ofrece una recompensa de 5 millones de pesos a quien aporte información para localizarlos– estuvieron operando un movimiento de drogas poco antes de la llegada del vuelo 019 de Aeroméxico procedente de Lima, Perú. El funcionario policiaco mostró videos captados por las cámaras del AICM antes y después de que se desatara el tiroteo. Pero del momento de los hechos no hay registros.

Baraja hipótesis
Según los agentes especiales que laboran en el Perú, investigan la posible relación de la caída de los operadores policiales en el Jorge Chávez y el cierre de dinero, lo que habría motivado a la mafia mandar a matar a Quintana Bardelli.
Según el Parte Nº 274-04-2014-DIREJANDRO-PNP/DIVPORT-DEPAR-AIJCH-C del 09 de abril de 2014, señala que el día anterior a las 08.20 horas con participación del Fiscal adjunto provincial de la 2da Fiscalía especializada en tráfico ilícito de drogas del Callao, José Comina De La Cruz, personal de la Dirandro intervino al ciudadano mexicano Sergio Gilberto Muñoz Reyes de 30 años, identificado con Pasaporte N° G10556451, en el control de salidas internacionales del AIJCH - Callao, cuando pretendía viajar a la ciudad de México, por la Aerolínea Avianca llevando en la maleta de mano de lona de color negro, 13 paquetes conteniendo 12 kilos 822 gramos de clorhidrato de cocaína.
En las diligencias preliminares, la “Mula humana” aceptó su responsabilidad en el contrabando y señaló como cómplices a los policías del departamento de requisitorias del AIJCH identificados como: Pedro Jayo Salazar y Miguel Bernaola García en el rango de sub oficial brigadier y Jorge Patiño Guzmán como sub oficial técnico de 2da, los cuales fueron detenidos por los policías a cargo de las investigaciones.
Según la declaración proporcionada a las autoridades a cargo de las investigaciones, Sergio Gilberto Muñoz Reyes reside en el municipio de Teuchitlán, con su esposa Lilia Cuevas Esparza; como chofer de carga ganado 9 mil pesos (US$ 750) y disconforme con su estilo de vida decidió aceptar la propuesta de un personaje identificado como “Marcos”; le iban a pagar tres mil dólares por el trasiego.
En Lima se hospedó en un hotel del distrito de Pueblo Libre, pero después de contactarse con “Diego” y “David” fue trasladado al hotel Rosa Azul, en el distrito de Los Olivos (en la zona norte de la capital). Le proporcionaron un celular nextel y le indicaron que salga del hotel para entregarle el dinero para sus gastos.
Sergio iba a regresar a su país el 12 de abril, pero todo cambio repentinamente. El 8 de abril, a las 04.30 horas, Sergio salió del hotel y ‘Diego’ le entregó una maleta de equipaje de mano con tres polos y se fue al aeropuerto. “Pepe” le indicó que cuando se encontrara en la zona de restaurants lo llamara.
“Pepe” le volvió a llamar a las 06.40 horas, le dijo que ya podía embarcar y que luego de pasar los controles vaya de frente a la oficina sin banderas (Requisitorias) y diga la clave: “Señor para sacar una copia de mi pasaporte”.
Era el código para cargar la maleta con droga. El policía que atendía detrás del mostrador lo llevó a la Oficina de Requisitorias en el AIJCH y este desplazamiento inusual del pasajero y policía, despertó la sospecha de la coordinadora de control migratorio que dispuso la revisión nuevamente y en ese momento encontraron la mercancía ilícita.
Este hecho ha motivado la apertura de una investigación encubierta de un funcionario que labora en el terminal aéreo que tendría referencias por narcotráfico y disparado las alertas de las autoridades extranjeras dedicadas a combatir el trasiego de estupefacientes al extranjero.
pronto la segunda parte...

sábado, 26 de abril de 2014

Bajo la sombra del “Medellín andino”


Dos años tras, el especialista en temas de narcotráfico Jaime Antezana señaló que la ciudad de Andahuaylas, se había convertido en el emporio de activos de los narcotraficantes que sacan alijos de droga proveniente del VRAEM.
En dicha afirmación, señala además que habría diez clanes familiares que estarían operando con total impunidad, al amparo de la disimulada complicidad de las autoridades que poco o nada hacen para combatir este flagelo.
Sin embargo, las autoridades en lugar de investigar la denuncia, criticaron al especialista, señalando que dicha afirmación afectaría el normal desenvolvimiento de la ciudad y exigieron que se retracte de dicha aseveración.
Con esta premisa, la policía antidroga decidió iniciar acciones de inteligencia en la zona. Entre las principales objetivos, fue investigar al clan familiar “Rojas-Navarro” ó “Zeta”, integrado por la pareja, Félix Rojas Romero alias “Alfredo o Zeta” y Rita Madeleyne Navarro Moreno (a) “Rita”, que estarían utilizado la ruta de trocha carrozable para trasladar el ilegal producto de Ayacucho a Puerto Maldonado sacando cien kilos de cocaína a la semana del VRAEM.
Según los efectivos policiales, los principales colaboradores de la organización criminal en Puerto Maldonado serian Juel Rojas Huacho (a) “Joel”, Feliciano Muñoz Morales (a) “Feliciano”, Héctor Allpaca Maldonado (a) “Héctor” y utilizan diversos vehículos con caletas acondicionadas para esconder la droga.
La ruta seguida por los “Rojas-Navarro” seria la localidad de Mavila para ingresar a Cobija en Bolivia con la ayuda del clan familiar boliviano de los “Taricuarima”.
De esta forma, la división de investigación de lavado de activos de la Dirandro identificó diversos bienes, muebles e inmuebles valorizados en 500 mil dólares americanos aproximadamente y solicitó las medidas limitativas de derecho personal e incautación que, fue denegada por la autoridad judicial competente bajo el argumento “que no se ha podido determinar el origen ilícito”; sin embargo, la ley de lavado de activos, señala que no necesita la autoridad interviniente demostrar la procedencia, es un hecho que se debe demostrar en un proceso judicial.
Con este revés, la Dirandro continúo con las acciones de inteligencia en Ayacucho y Puerto Maldonado al amparo de las disposiciones de la Fiscal provincial especializada  en  tráfico ilícito de drogas del distrito judicial de Madre de Dios, que dispuso la reapertura de las diligencias preliminares contra el clan familiar “Rojas-Navarro”.

La perseverancia permitió el éxito
Luego de un arduo trabajo de inteligencia, el 25 de abril a las 05:20 horas en la intersección de las calles Circunvalación con Andrés Avelino Cáceres en Puerto Maldonado, se intervino el vehículo station wagon de placa de rodaje X1Y-034, conducido por Richard Quispe Torres y teniendo como tripulantes Héctor Allpacca Maldonado, Felicitas Cisneros Prado y Madeleyne Rita Navarro Moreno; hallando en una caleta debidamente acondicionada 18 paquetes conteniendo 23 kilos de alcaloide de cocaína.
Los efectivos policiales continuaron con las diligencias en el inmueble de Madeleyne Rita Navarro Moreno donde detuvieron a su pareja Félix Rojas Romero, asimismo se incautó diversas armas de fuego.
Los detenidos y la droga fueron trasladados a la instalación policial de Puerto Maldonado para iniciar las investigaciones preliminares.
Esta intervención constituye un importante logro en la lucha contra el narcotráfico, al haber intervenido a un abastecedor de droga que trasladaba alijos de cocaína a Bolivia y cuyo destino final sería Brasil.
Ojala que en esta oportunidad las autoridades judiciales actúen con imparcialidad y objetividad y acojan las denuncias que especialistas como Jaime Antezana se atreven a formular.